Ni tienes pensado presentarte a una competición de culturismo ni tampoco contemplas correr media maratón. Pero has oído hablar de los suplementos proteicos y has dicho: ¿por qué no?
En especial, es probable que escuches hablar de la proteína de guisante y que en las tiendas de alimentación saludable la veas… ¡hasta en la sopa! Cada vez se usa más en hamburguesas vegetales, en salsas… ¡incluso en postres!
La proteína de guisante se ha popularizado como complemento para personas interesadas en el mundo del fitness o personas que están en transición a una dieta basada en vegetales.
Las proteínas vegetales, como la proteína de guisante, son un tipo de suplemento usado tradicionalmente por deportistas con entrenamientos exigentes para incrementar el aporte proteico de su dieta.
Este suplemento extra de proteína favorece el incremento de la masa muscular, ayuda a reparar los tejidos, disminuye la sensación de hambre y facilita el cumplimiento de los macros en las dietas estrictas.
La proteína de guisante ha ganado muchos adeptos por ser poco alergénica, por su alto aporte nutricional y por ser una fuente de proteína vegetal y sostenible.
¿Cómo consumir la proteína de guisante?
Las recomendaciones de consumo mínimo de proteína por día son de 0,8 gramos por kilo de peso. En el mundo de la suplementación, estas cantidades llegan incluso a doblarse.
Para encontrar tu dosis adecuada, lo mejor es que consultes con un experto que te ayude a integrar la proteína de guisante en tu plan de alimentación.
Ante todo, recuerda siempre que un complemento alimenticio es eso, un complemento. No debería sustituir una dieta completa a nivel de macronutrientes.
Añade la proteína de guisante a tus batidos, boles de desayuno, a tus galletas, a tus salsas… básicamente a cualquier receta donde puedas camuflar su textura y sabor para un chute proteico.