El tahini es una pasta o crema hecha a partir de semillas de sésamo trituradas, ya sea crudas o tostadas.
Esta preparación es muy popular en territorios de Oriente Medio, como Irán, Iraq, Líbano, Palestina… pero el imperio del tahini no termina ahí. Desde Grecia hasta Japón o China, la pasta de sésamo es la niña mimada de la cocina tradicional de muchos países.
En algunos países no podríamos cocinar sin aceite de oliva, en otros están perdidos sin la mantequilla, y nos atrevemos a decir que algunos países verían reducidísima su gastronomía sin la pasta o crema de sésamo.
La preparación tradicional sigue un método muy sencillo: remojar las semillas de sésamo, tostar el grano de la semilla (en el caso del tahini tostado) y triturarlo hasta conseguir una pasta cremosa. En la variedad de tahini cruda, los granos de sésamo no se llegan a tostar.
Nutricionalmente, el tahini es una elaboración que conserva casi todas las propiedades del sésamo (sobretodo en su versión cruda). Es un ingrediente alto en grasas (53% de cada 100 gramos) y en carbohidratos (22% de cada 100 gramos), perfecto para un buen aporte calórico que te dé energía para llegar a lo más alto (hacer una excursión, superar un día estresante o pasar un domingo entero de autocuidados.
Otros de sus aportes notables son de vitaminas como la tiamina (138% del aporte diario), o minerales como el fósforo (113% del aporte diario), zinc, hierro, magnesio… ¡El tahini es una mina!
Puedes consumirlo sobre tostadas, o bien en preparaciones tradicionales como el hummus, el baba ganoush, el halva…
Puedes echarle un ojo a esta receta de tostada con tahini y miel disponible en nuestro blog.
